Una palabra, Un acento.

Una palabra que se escuchó  una cantidad  infinita de veces durante la última semana del mes de julio pasado y  conmovió a la humanidad. Seguro que no es la primera vez que se pronuncia, pero ésta  causó mucho impacto, mucha ternura, mucho amor, una gran reacción social en todo el mundo. Este vocablo al escucharlo tan seguido me produjo un sonido muy  parecido  al que yo tan pocas veces pude hacerlo, con la diferencia del acento: "papá" .Claro, hay una distancia marcada: una es religiosa, la otra es genética. "El papa" es un representante de Dios en la tierra, "El papá" es uno de los dos seres que nos trajo a la  vida.Las dos figuras tienen la responsabilidad religiosa o moral de brindarnos los valores fundamentales para el  crecimiento y formación de nuestra conducta. "El papa" y "el papá". El primero tiene el amor y el apoyo de  sus fieles en todo el mundo, como hoy Francisco,  y el segundo  el de su señora esposa , quien nos ayuda a pronunciar la segunda palabra: porque la primera es: "Mamá". Lejos estoy de querer  llegar a una comparación que no  existe. Simplemente destacar lo que significa  cada una de estas figuras en nuestras vidas,y  que al equivocarnos en su pronunciación nos referimos a ambas a la vez.